El travía en Chile. Ejercicios de imaginación temporales.


Tranvía de Santiago de Chile, Mapocho, Plaza Ñuñoa, 1925.


“La aglomeración o la soledad son factores circunstanciales que
conducen a ejercicios de imaginación distintos sobre esos “otros” con
quienes se comparte temporalmente el viaje. Un cronista chileno
corrobora (nota: Zig-Zag, 1923) que la observación de los demás
pasajeros en el tranvía en Santiago de Chile era casi un fenómeno
inevitable:
Pero lo más grave es que toda aquella gente reunida allí por breves minutos se aburre, y para matar el fastidio
se dedica a observarse mutuamente. Durante el trayecto, las damas
elegantes se analizan y se critican, y a veces los hombres, que no
pueden fumar y que no llevan periódico, clavan en ellas los ojos con
molesta insistencia. En fin todo el mundo aburrido y obligado a una
mutua contemplación, se siente en el tranvía, como en ninguna otra
parte, en el apogeo de su espíritu crítico (…) En el carro se mide,
pues, la mundología de las personas. Allí el psicólogo, o cuando menos
el observador, puede sacar gran partido.”


* El viaje colectivo. La cultura del tranvía y del ómnibus en América del Sur. Guillermo Giucci y Tomás Errázuriz. Editorial Bifurcaciones.

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